¿Qué cámara comprar?

Xavier Bolao -fotògraf-

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¿Qué cámara comprar?

Xavier Bolao -fotògraf- Barcelona
Publicat per xavier bolao en Articles fotografía · 25 Gener 2018
 
¿Que cámara comprar?
 

Esta es la pregunta que con mayor frecuencia se hace al amigo/a o conocido/a que tenga una cierta práctica y dedicación a la fotografía.
 

En primer lugar, quiero hacer una reflexión sobre la intencionalidad de la pregunta, ya que en múltiples ocasiones presupone que la elección de una "buena" cámara implica la consecución de una "buena" foto. Está claro, y esto en cualquier otra disciplina profesional sería mucho más evidente, que se trata tan sólo de una herramienta al servicio del buen hacer de quien la utiliza. Los pioneros de la fotografía obtuvieron en el siglo XIX excelentes imágenes con unas herramientas muchísimo más precarias e incómodas que las actuales. De hecho, con tan sólo una caja y un agujerito (pinhole) se pueden obtener interesantísimas imágenes (quien tenga interés puede visionar la obra de Miquel Galmes).
 

Sirva esta pequeña introducción para dejar claro que con la elección de la cámara tan sólo se da inicio a la problemática fotográfica. Las primeras desilusiones vienen cuando no se halla en las imágenes obtenidas el resultado deseado, y he de decir que en este caso se va por el buen camino, ya que de ello se desprende un cierto espíritu crítico, básico en el ejercicio de cualquier disciplina artística o profesional. Situación diferente es la del neófito fotógrafo que con su nueva cámara en ristre se dedica a fotografiar todo lo que se le pone por delante sin criterio alguno, para mostrarlo en masa a amigos y conocidos con total autocomplacencia de su buen hacer. Es quizás en este punto, más que en el de la elección de la cámara, cuando sería conveniente solicitar la opinión, siempre discutible y subjetiva, del colega iniciado en la fotografía, para que pueda arrojar un poco de luz (nunca mejor dicho) sobre las tinieblas del discurso fotográfico.
 
Llegados a este punto, y superadas estas incómodas reflexiones, intentaré colaborar un poco en la respuesta a la pregunta: ¿Que cámara compro?
 

Como se desprende de lo anteriormente expuesto no considero importante la elección de una cámara con unas prestaciones extremas. En primer lugar, hay que tener lo más claro posible cual es el interés en progresar en esta disciplina. Si la cámara es para el propio uso y disfrute esta intencionalidad está a priori más patente. Si es para regalar la cosa se complica ya que resulta más difícil predecir el interés que tendrá en el futuro la persona regalada.
 

Existen a mi entender dos condiciones mínimas e inexcusables que deben reunir la cámara escogida: la primera es que al margen de todos los automatismos y programas diversos que puedan ofrecer, siempre ha de existir la posibilidad de tomar las riendas del asunto y decidir por cuenta propia, dicho de otro modo, que también ha de ofrecer el modo manual. La otra condición es la posibilidad de guardar las imágenes en formato RAW. Es un formato algo engorroso ya que requiere hacer ajustes posteriores en el ordenador para tener una imagen final, pero tiene la gran ventaja de que siempre se conserva inalterada la imagen original como si de un negativo se tratara. Todo buen aficionado con el tiempo agradece y valora esta opción.
 
Cualquier cámara de gama media cumple con estos requisitos.

 
A partir de aquí la cosa se complica mucho más ya que existe una gran cantidad de posibilidades. Las clasificaré en tres grandes grupos e intentaré enumerar brevemente ventajas e inconvenientes en cada uno de ellos:
 

Cámaras compactas. Son las más económicas. Alberga en el cuerpo de la cámara una óptica retráctil, lo que le confiere un aspecto compacto y con unas dimensiones y peso contenidos. La óptica, que está fija a la cámara, es un zoom con unas distancias focales que suelen estar entre 28-120 mm. (algunas ofrecen un tele más largo próximo a los 240 mm). La visualización de la imagen se realiza a través de una pantalla de aprox. 3 pulgadas y también por visor óptico, éste de tamaño muy reducido y que en la mayoría de los casos no cubre la totalidad de la imagen, lo que lo convierte en un recurso muy poco práctico. Mención aparte merecen los visores electrónicos, que muestran una pequeña pantalla que monitoriza la imagen, suelen ser bastante inútiles.
 
Su principal inconveniente reside en su óptica fija, no muy buena en la gama más económica, sin posibilidad de intercambio de objetivos.
 
Sería la cámara ideal para llevar siempre encima y que ofrece en la gama más alta unos resultados excelentes. Los precios de las compactas oscilan entre los 80,- y 2000,- € aprox.
 



Dentro de este sector cabría incluir las denominadas cámaras “bridge”. Una compacta con forma de pequeña réflex, pero sin ninguna de sus prestaciones. No deja de ser una compacta un poco más grande que en algunos casos incorpora una óptica zoom con el tele mucho más largo (de hasta 600 mm!!!). Un extraño híbrido de dudosa utilidad.



 

Cámaras mirrorless. Su traducción literal sería cámara sin espejo. A caballo entre la compacta y la réflex, recoge la principal ventaja de la compacta que sería su tamaño y peso más reducidos, manteniendo toda la calidad y versatilidad de una réflex. Sus ópticas son intercambiables con lo que es posible escoger para cada situación la que mejor convenga.
 
Evidentemente esto comporta la idea de hacer equipo fotográfico. Parece obvio que con un cuerpo de cámara que admite diferentes objetivos, nos planteemos a la larga aumentar el bagaje fotográfico y ajustarlo al necesario para nuestros temas predilectos (es muy diferente el equipo adecuado para realizar retrato, que el necesario para fotografiar pájaros…) Esto comporta en primer lugar una inversión superior y progresiva y, por otro lado, aceptar que a la larga cargaremos con una bolsa un poco más voluminosa. Insisto de todos modos en que creo se trata de un tipo de cámara muy cómoda.
 
He comentado las ventajas, vamos ahora a por el inconveniente (o no). Como su nombre indica (sin espejo) este tipo de cámara carece de visor óptico directo a través del objetivo, propio de las réflex. En su lugar dispone de la pantalla habitual de 3 pulgadas aprox. y un visor electrónico con gran cantidad de información (la gama más baja carece de este visor). Para quienes venimos de la era analógica, y estamos acostumbrados a encuadrar a través del “agujerito” nos resulta un poco incómodo y complicado hacerlo con una pantalla o un visor electrónico, pero vaya todo es acostumbrarse y estoy convencido que es el tipo de cámara de calidad que se impondrá en el futuro, cuando los que necesitamos mirar por el agujero ya estemos jubilados y la nueva generación acostumbrada a mirar el mundo a través de una pantalla tome el relevo…
 
Los precios en este sector oscilan entre los 200,- y 6.900,- € aprox. el cuerpo de la cámara, el objetivo es aparte.
 



Como curiosidad menciono dentro de este grupo las cámaras telemétricas Leika de indiscutible calidad y que creo son un artículo más propio de joyería. Sus precios oscilan entre los 4.000 y 35.000,- € (no he puesto ningún cero de más por error).




 
Cámaras réflex. Las de toda la vida pero digitales, una gozada. Cuerpo de cámara con las ópticas intercambiables, ocular con visión real a través del objetivo, pantalla de 3,5 pulgadas que permite revisar y valorar las tomas fotográficas… etc.
 
Inconveniente: tamaño y peso. Si reúnes un equipo con un cuerpo, dos ópticas y flash más algún accesorio pronto te pones en los 8 kg. y una bolsa un poco voluminosa.
 
Sus precios oscilan entre los 400,- y 6.600,- € el cuerpo de la cámara, objetivos aparte, si bien los fabricantes ponen a la venta kits de iniciación que incluyen el cuerpo y una óptica zoom de calidad media a un precio por debajo del que resultaría comprándolos por separado.



 

Una vez hecho el repaso a los grandes grupos de cámaras, dos últimas reflexiones.
 
No soy partidario de hacer una inversión inicial muy importante para comenzar en este mundillo de la fotografía. Creo que es preferible empezar con una cámara económica y con prestaciones suficientes (hay muchas) antes de dar el salto y adquirir una de gama superior. Con esta experiencia previa será más fácil valorar cuales son las necesidades y preferencias fotográficas. La adquisición de una cámara de gama superior, el tipo y marca escogidos, condicionan la posterior ampliación del equipo fotográfico y, dado que la inversión es importante, es conveniente meditar muy bien la elección.
 
Y un último consejo. Si no tienes intención de realizar ajustes posteriores de tus imágenes con algún programa de edición, y sólo vas a mostrar y compartir las fotos en la pantalla del móvil, continúa utilizando tu smartphone para hacer fotos. También se pueden conseguir interesantes fotografías y te ahorrarás dinero y quebraderos de cabeza.
 

Espero que estos humildes consejos hechos desde mi experiencia personal y, tal y como he manifestado anteriormente, discutibles y subjetivos, puedan ser de ayuda a la hora de tomar la decisión de adquirir una cámara e iniciar la singladura por la creatividad fotográfica.
 
Quedo a la disposición de todos aquellos que habiendo dado ya este paso, con la cámara en la mano y con los primeros resultados fotográficos, digan “y ahora qué”…





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